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Ariel Holan: “Después de la grieta tiene que venir una etapa superadora”

El actual director técnico de Independiente pide dejar atrás las antinomias y trabajar en equipo. Dice que hay mucha frustración en la gente e insta a la dirigencia a construir una Argentina mejor a partir del consenso y de “un sistema que funcione”. También habla del fútbol que viene y elogia a Hugo Moyano por su labor para sacar al club adelante.

Hay una frase que leyó en un artículo publicado en The Wall Street Journal que atesoró en su propia página web: “Ellos pueden hacer que los mejores equipos del mundo parezcan estar corriendo con pesados suecos de madera”.

Hablaba de cómo el hockey en Holanda, un deporte centrado en la velocidad, creatividad y talento individual al servicio del conjunto contribuyó a que el fútbol, también, descubriera en el set-up del entrenamiento su razón lógica del éxito. Para Ariel Holan, el actual director técnico de Independiente que al comenzar a dirigir en Defensa y Justicia era mirado por el espejo retrovisor de la fauna futbolera, lo que el fútbol a veces desprecia son “los procesos minuciosos, meticulosos, que a veces los resultados condicionan, pero que en otras disciplinas se les da muchísima importancia”.

Holan se refiere a una metodología para llevar adelante un sistema de juego, a una manera de entrenar, que él entiende a través de la planificación, el detalle, el trabajo interdisciplinario (tiene 12 colaboradores en su equipo) y la incorporación de tecnología como el uso del drone. Opina que el coaching es un arte y el trabajo en equipo lo que hace que las estructuras logren tener un sistema y un método.

¿Cuánto lo ha marcado su pasado anterior en el fútbol?

-A mi me apasiona leer y escuchar, es algo que traigo desde la infancia y de mi formación en un colegio como el Balmoral de Banfield, donde aprendí valores en un ambiente educativo particular, porque respiré el espíritu cooperativo de una escuela que había sido comprada por los padres a su propietario escocés. Ahí los veía trabajar a ellos en comunidad, empecé a jugar al hockey y a los 19 años ya era el entrenador del equipo, tarea que luego continué en el Lomas Athletic Club. Esos primeros años me dieron las herramientas para el manejo de grupos, en un momento que la llegada de las canchas sintéticas en los 80 le hizo pegar un salto al hockey en su organización, su metodología de entrenamiento, la capacitación de sus entrenadores.

¿Cómo líder de un grupo, de qué manera le comunica al jugador su idea?

-Yo insisto en armar un sistema, como un conjunto de partes que se relacionan entre sí, y para eso hay una metodología que tiene que ser llevada adelante con valores y una bajada a tierra de la manera más simple, práctica. En el caso del equipo que conduzco, utilizamos muchas herramientas tecnológicas que lejos de complicar la coyuntura contribuyen a facilitar el entendimiento. Yo admiro esa cuestión hasta cultural de los japoneses de copiar y mejorar lo bueno. No se quedan con lo que ven. Los argentinos, en general, tenemos una cuota de autosuficiencia que nos hace pensar que lo sabemos todo pero nuestro desafío es trabajar desde lo profesional para que se comprenda la sinergia que da el trabajo en equipo, y en ese sentido creo que el futbolista argentino está cada vez más preparado para entenderlo.

¿Qué debe tomar el fútbol de una empresa para que sea un espectáculo bien organizado?

-El fútbol es un deporte profesional por el dinero que maneja y mueve, pero que muchas veces no procede como los deportes de alto rendimiento. Y las discusiones, sobre todo en la Argentina, se dan en espacios que no siempre son los del conocimiento sino de toda una serie de cuestiones periféricas que no hacen a la real cuestión. Se termina hablando poco de fútbol y mucho de lo que rodea al fútbol. No es solamente una cuestión de valores sino también un problema de gestión.

¿Al fútbol como juego y negocio lo conduce gente capacitada?

-Hay mucha gente que dentro del mundo fútbol, sabe de esto, pero lo que está haciendo falta es privilegiar el conocimiento, debatir cómo le sumamos valor agregado a la materia prima que es el futbolista, desde su primera infancia hasta el recorrido de su carrera profesional, y así beneficiar la capacidad económica y financiera de las instituciones.

¿En eso fallamos como en la política exportadora?

-Sí, porque de alguna manera es parecido a lo que nos pasa con los productos primarios. Nosotros somos un país productor de alimentos pero no alcanzamos a industrializar esa materia prima como para potenciar nuestro mercado exportador. Nos cuesta esa materia y son millones los que se pierden si continuamos de la misma manera. El desafío es que ese círculo virtuoso se retroalimente, repercuta en el cash-flow económico y así se beneficien también los clubes más chicos y medianos.

¿Se juega como se vive?

-Creo que sí, y espero que después de 30 años de democracia también empecemos a entrar en un terreno que no estemos tan divididos, logremos tener políticas de Estado y que la gente con poder de decisión se siente en una mesa, independientemente de su ideología y podamos construir un país mejor a partir de un sistema que funcione. No tengo dudas que después de la grieta tiene que venir una etapa superadora.

¿Y cómo sería esa etapa?

-Va a tener que contar con muchos de los actores que ahora están enfrentados. Porque ellos mismos se van a ir dando cuenta que, solos, no pueden. Son muchos años de democracia y hay mucha frustración, no solo de la población sino de los mismos que han venido ejecutando medidas sin éxito y las cosas se van a ir decantando por su propio peso, como sucede con diferentes situaciones en nuestras vidas.

El patrón

Yo soy el Jimmy Hoffa argentino, dijo alguna vez Hugo Moyano, haciendo referencia al espíritu combativo del líder sindical de los EE.UU. en los 70. Ahora, como presidente del Club Atlético Independiente, y a un costado del trinomio que conduce la CGT, su rol luce menos combativo que el de aquel hombre-leyenda: “Es el que toma las decisiones acá y si no fuera por él, no sé dónde estaría el club ahora”, admite Ariel Holan.

Y agrega: “Yo solo tengo una cuarta parte dentro de la organización, que es tomar las decisiones futbolísticas y que ojalá acompañen al objetivo del reordenamiento económico y financiero del club. Si ambas cosas se cumplen, lo deportivo y económico, Independiente volverá a transitar el camino de la gloria”.

Por Andrés Asato – Cronista

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