Entrevistada por una publicación semanal, la protagonista de Simona confesó que fue víctima de bullying.
A sus 19 años, Ángela Torres recordó los terribles episodios de bullying que sufrió en la escuela, remarcó que se acepta como es y que se siente feliz por su cuerpo y expresó su preocupación por la reacción de los usuarios de las redes sociales.
“Tengo mis mambos como cualquier chica de 19 años”, se sinceró Ángela: “Quizás me puedo mirar la rodilla o la pierna y pensar: Puta madre, no me gustan, pero nada más”.
“Por suerte no me engancho y trato de no caer en el denominador común de la belleza establecida, que tenés que ser flaca, tener tetas, culo o altura porque me parece mentira”, indicó la artista, quien no cree en las modas ni en el sistema: “Yo me acepto como soy y me siento feliz con mi cuerpo”.
Llegar a estas conclusiones no le fue fácil. Recordó que cuando era más joven sus amigas sí “tenían conflictos”: “En la pileta no se querían sacar la ropa y yo que trabajaba con chicas muy hermosas como Lali Espósito o la China Suárez, les explicaba que no teníamos que avergonzarnos de nada porque somos todas distintas y hermosas”.
En cuanto al papel de las redes sociales recordó su pelea con Lali en el Bailando y la reacción de los fans: “Hasta me amenazaron de muerte. Me decían que me iban a venir a buscar a mi casa y que me iban a matar”.
Sobre las críticas a su cuerpo, fue más dura: “Si me dicen que soy gorda, será que esa persona tiene un problema consigo misma. El día que yo me vea mal al espejo y no esté contenta, haré algo”, aseguró Torres a revista Caras.
En la escuela, las experiencias no fueron mejores. Según contó Ángela, en los primeros años fue víctima constante de bullying con episodios que sucedían, casi siempre, en la camioneta de escolares.
“Una vez un pibe me pegó una piña y llegué a mi casa con la cara y el labio todo hinchado”, recordó Ángela y contó que la señora que manejaba el micro escolar justificó el acto y le dijo que le pasaba “por hinchar o molestar”.
“Cuando mamá me vio así llamó al colegio re enojada, hizo que volvieran a mi casa, que el nene bajara y me pidiera perdón. En otra oportunidad, me pasó que un chico me bajó la pollera y me dejó en bombacha, ¡Te juro! En primer grado la pasaba realmente mal”.
Según contó, en ese momento se vestía “como un nene”, con pelo corto y flequillo estilo rollinga: “Iba de joggins y las nenas de pollerita. Una vez escuché al chico que me gustaba decirle a otro: “¿Viste que fea la chica nueva?” ¡Y lo decía por mí! Aunque fue en primer grado nunca me lo olvidé”.