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Alemania da el primer paso hacia el fin de la era atómica: cierra tres de sus seis centrales

Este viernes se clausuran las centrales nucleares de Grohnden, Brockdorf y Grundemmingen, y las otras tres serán desconectadas en 2022, como parte del compromiso de Berlín de abandonar el uso de la energía atómica y abrazar la renovable. El canciller Olaf Scholz anunció que usará su presidencia del Grupo de los 7 para impulsar el crecimiento verde, y “un modelo de negocios neutro para el clima”.

La energía atómica quedará en el pasado para Alemania. Tres de las seis centrales nucleares del país se apagarán antes de que las campanadas marquen el año nuevo, y las otras tres serán desconectadas en el transcurso de 2022, como parte del compromiso de Berlín con el uso de energías verdes, sin impacto para el medio ambiente.

El cierre no debe reflejarse en el suministro del país de más de 80 millones de habitantes, y dueño de una de las economías más industrializadas del mundo, pues las plantas de Grohnden, Brockdorf y Grundemmingen produjeron en 2021 apenas el 6% de la energía que consume Alemania.

De hecho, de acuerdo con la Asociación de Empresa Energéticas, el país produce más energía de la que requiere, y si bien la desconexión de los reactores puede ocasionar que algunas regiones comiencen a importar suministro, la exportación siempre superará a la importación.

“El abandono de la energía atómica es irreversible”, aseguró la ministra de Medio Ambiente, Steffi Lemke.

Una decisión que se concreta sin demora

Alemania había iniciado en 2002, durante el gobierno del canciller Gerhard Schroeder, su distanciamiento de la energía atómica y el uso de combustibles fósiles, pero ese proceso se aceleró en 2011, cuando el accidente de la central nuclear de Fukushima en Japón llevó a la sucesora de Schroeder, Angela Merkel, a cambiar la posición de su partido, la Unión Cristianodemócrata, en torno al tema.

Fue Merkel quien fijó el plazo de 2022 para el cierre definitivo de las seis plantas, revirtiendo su posición inicial de prolongar su vida útil más allá de lo previsto por Schroeder. Emsland, Isar y Neckarwestheim son las centrales que pondrán fin a su operación en 2022.’

El cierre de los generadores atómicos ocasionará el recorte de algunos empleos, pero no todo serán pérdidas. Las empresas de energía nuclear recibirán 3 billones de dólares por el cierre anticipado y, al menos en la planta de Grundemmingen, dos tercios de los 600 trabajadores conservarán sus puestos tras el cierre, al menos hasta 2030.

Lo que aún está por definirse es el modo seguro de disposición de decenas de miles de toneladas de desechos nucleares que quedarán tras el cierre, algunos de los cuales pueden entrañar riesgo radioactivo por 35.000 generaciones, de acuerdo con expertos.

Todavía lejos de las metas en materia de energías renovables

Alemania todavía está lejos de cumplir sus metas en materia de fuentes de energía renovable, que deberían representar el 80% del suministro para 2030, según la meta que se ha fijado el nuevo canciller Olaf Scholtz.

De momento, la matriz de energía renovable en el país es de entre 40 y 50%, y algunos expertos temen que el cierre de las centrales nucleares marque un retorno al uso de combustibles con más impacto en el medio ambiente.

Eso revertiría un proceso que ha convertido a Alemania en pionero mundial: desde 2010, el país ha reducido en 40% sus emisiones de CO2. Sin embargo, el canciller Scholtz renovó su compromiso medioambiental, según se desprende de su mensaje de fin de año.

Scholtz aseguró que Alemania usará su turno en la presidencia del Grupo de los 7 (que reúne a las economías más desarrolladas del mundo) para impulsar un crecimiento verde y un modelo de negocios neutral para el ambiente.

El canciller anunció que durante el año que dure su mandato, en el G-7 tiene la meta de crear un “club del clima”, que reúna a los países de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Japón en el compromiso de adoptar reglas y estándares comunes para reducir las emisiones de carbono.

Fuente: France24